La mayoría de las personas hemos experimentado la sensación de vernos bien en algún momento y vernos muy mal en alguna otra ocasión. En ambos casos, lo más seguro es que, objetivamente, nuestra apariencia no sea muy diferente en uno u otro caso. Lo que sí cambia es cómo nos sentimos y cómo actuamos con los demás. Por ejemplo, si creemos que somos atractivos, actuaremos sintiéndonos seguros, tranquilos y merecedores de las cosas buenas que nos pasan.Por lo tanto, la autoimagen no es fija e inm...