Pasar al contenido principal

Cinco mitos sobre el bullying

5 min

Compartir

bullying

Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 14/12/2022. Puedes ver el original en este enlace.

Según Dan Olweus (1997) un alumno es acosado cuando está expuesto repetidamente a lo largo de un período tiempo a acciones negativas por parte de uno o más estudiantes. El acoso escolar es un fenómeno social que se desarrolla en el entorno escolar y hace referencia a la exposición por parte de un alumno a diversas formas de maltrato de forma repetida, sistemática e intencionada que se mantiene a lo largo del tiempo hacia una persona, la víctima (Paéz, et al., 2020). Esta agresión mantenida en el tiempo desencadena un desequilibrio de poder entre la persona víctima y la persona agresora que provoca que la víctima no pueda defenderse fácilmente (Martínez, 2017).

Según la forma de agresión, el acoso puede ser:

  • Verbal: insultar, difundir rumores
  • Físico: empujar, robar
  • Social: discriminar, ignorar
  • Digital: comentarios en redes sociales, aplicaciones de chat o videojuegos.

Actualmente, la prevalencia sobre el acoso escolar no está clara ya que existen múltiples factores que influyen en su medida. Según el informe de UNICEF (2014) el acoso escolar se da en cualquier lugar independientemente de su desarrollo socioeconómico. Siguiendo los datos de este informe, se considera que 1 de cada 3 estudiantes entre los 13 y los 15 años en el mundo sufrieron acoso de forma sistemática y una tercera parte de los adolescentes de entre 11 y 15 años de Europa y América del Norte reconocieron haber acosado a otros en la escuela al menos una vez en los últimos dos meses.

Los datos más actuales de Cataluña son del curso 2016-2017. Según la Encuesta sobre Convivencia Escolar y Seguridad en Cataluña (ECESC) realizada a alumnos de secundaria un 94,2% de los alumnos encuestados considera que existen alumnos maltratados en los centros educativos. Un 9,9% de los encuestados afirma haber sido víctima de acoso durante el curso.

En los datos recogidos a través de una encuesta en la que participaron 322 alumnos de secundaria de la Escola Pía de Caldes de Montbui en el curso 2019/2020, un 14% de los alumnos expone haber sufrido acoso a lo largo de su escolarización.

¿Pero toda la información que tenemos sobre el bullying es cierta?

¡Desmontemos algunos mitos!

Cualquier conflicto entre el alumnado debe considerarse acoso

Para considerarse acoso, los incidentes deben mantenerse en el tiempo (repetición), debe existir un desequilibrio (abuso) de poder entre la persona víctima y la persona agresora, debe haber intencionalidad por parte de ésta última de herir y quien la sufre se encuentra en una situación de indefensión. Sin embargo, los conflictos hay que gestionarlos y realizar su seguimiento.

Esto es algo de niños, no tiene importancia

El acoso escolar puede comportar problemas graves de salud física y mental y, en la etapa adulta, mayor vulnerabilidad a tener ansiedad, depresión o autolesionarse.

Las víctimas son personas débiles

El acoso escolar es una situación que puede involucrar a cualquier persona independientemente del nivel cultural, social o económico.

Esto entre las niñas no ocurre

Los casos de acoso escolar no diferencian entre géneros. Sí que hay una diferencia en la forma de actuar. La persona agresora masculina utiliza más la agresión física, mientras que la persona agresora femenina hace uso de la agresión verbal o social. Existe una clara diferencia en el ciberacoso donde las chicas son más víctimas.

¡En la escuela no hacéis nada!

En Cataluña, en 2017 se crea el programa #aquiproubullying como un proyecto de innovación educativa. Este programa pretende detectar de forma precoz las situaciones de acoso escolar, intervenir y hacer prevención. Lo más importante de este programa es la importancia que dan a los observadores, que es el alumnado que observa la situación de acoso y no realiza ninguna acción. La implicación de este alumnado es la clave para que los conflictos entre iguales puedan detectarse más rápido y para que la intervención también pueda empezar por su acción e interacción con el resto de compañeros.

Desde la escuela, se plantean actividades para sensibilizar al alumnado y al profesorado en el acoso escolar. Con estas actividades se pretende proporcionar información sobre el acoso escolar, cómo detectarlo y cómo intervenir.

En el momento en que se detecta un caso de acoso escolar, se activa el protocolo escolar. Habrá que valorar la gravedad del caso (leve o grave) y recoger el máximo de información posible de todas las personas participantes en la situación de maltrato (víctima, agresor, observadores...). Gracias a la observación y la información recogida se plantearán intervenciones con las personas participantes.

A veces, esta intervención a nivel escolar puede parecer poco rápida para las familias y el alumnado y que su percepción sea que la escuela no está haciendo nada. Es importante aplicar los protocolos de recogida de información y observación de forma esmerada y dejando poco margen al error y esto requiere tiempo por parte de las personas implicadas.

¿Qué hacer como docentes?

  • Escuchar de forma activa y no emitir juicios.
  • Dar credibilidad y realizar una buena búsqueda de la información sobre la situación que tenemos delante.
  • Recoger la información de todas las partes implicadas y detectar sus necesidades: persona víctima, persona agresora y personas observadoras.
  • No minimizar la situación en una sola acción como podría ser una agresión.
  • Poner en conocimiento de las familias del alumnado implicado (víctima y agresor) la situación detectada y buscar su colaboración en la resolución.
  • Evitar el reforzamiento de etiquetas y prejuicios.
  • Actividades de prevención en el grupo (por ejemplo, con dinámicas de cohesión de grupo).
  • Sensibilizar al resto de alumnos (observadores) y ayudarles a detectar e implicarse como parte de la solución.

¿Qué puedo hacer como familia?

Mi hijo o hija recibe bullying

  • Intentar mantener la calma y escuchar activamente lo que nos expone o nos exponen desde el centro educativo. Si nos lo explica él o ella es importante reproducir algunas de las frases que dice para asegurar que estamos entendiendo bien lo que nos cuenta.
  • Poner en conocimiento de la escuela la situación para que puedan ponerse en marcha los protocolos necesarios.
  • Evitar querer solucionar la situación rápidamente y de forma impulsiva.
  • Apoyar y acompañar a nuestro hijo e hija evitando preguntar cada día sobre la situación de conflicto, ya que esto puede generar mayor ansiedad.

Mi hijo o hija es la persona agresora

  • Intentar mantener la calma y escuchar lo que nos expone o nos exponen. Si nos lo explica él o ella es importante reproducir algunas de las frases que dice para asegurar que estamos entendiendo bien lo que nos cuenta.
  • Intentar que tome responsabilidad de sus actos.
  • Poner en conocimiento del centro la situación si la información no llega del centro.
  • Dar apoyo y acompañamiento.

El acoso escolar es una situación que no finaliza hasta que la comunidad educativa se implica. En esta solución es importante buscar la colaboración de las familias y evitar hablar desde el criterio del experto. Es necesario crear una red en la que la comunidad educativa, las familias y los alumnos puedan trabajar conjuntamente para eliminar cualquier situación de maltrato entre iguales.

Los niños y los adolescentes tienen derecho a disfrutar de la vida escolar, de su vida social y de su vida digital y por eso las personas adultas debemos tomar conciencia e implicarnos en la solución. Todo el mundo juega un rol, ¿cuál es el tuyo?

Marta Jaume Muntaner, Carolina Martínez Placencia