«Siempre me sentía presionado para ser el mejor»

Optimismo y vitalidad. Happy transmite tan buena energía que parece que siempre lo haya tenido fácil. Pero no es así. Llegó a España desde Nigeria con solo 11 años, después de un proceso migratorio complicado y con una situación familiar y personal difícil. Happy se crió bajo la presión de hacerlo todo bien, sin espacio para habla de aquello que lo preocupaba y su salud mental se vio afectada. «Yo solo hablaba con mis padres de las cosas buenas. Siempre me sentía presionado, era presión constante para ser el mejor.» El hecho de no tener espacios para expresar su malestar o para pedir ayuda le hacían sentir que no era importante hablar de sus emociones. «Pero llega un momento en que te rompes porque realmente no puedes más.»

Él es uno de los protagonistas de la campaña de videos testimoniales de la comunidad de jóvenes BeHenka, que forma parte del proyecto Henka, impulsado por el Hospital maternoinfantil Sant Joan de Déu Barcelona, Solidaritat Sant Joan de Déu, SOM Salut Mental 360º y Z Zurich Foundation. Los jóvenes que protagonizan la campaña explican diferentes vivencias con la resiliencia y el bienestar emocional y hablan de situaciones que los han generado malestar como por ejemplo la presión social en las redes sociales, las pérdidas o las situaciones familiar complejas.

La historia de Happy pone el foco en la importancia de expresarse, de identificar las emociones y poder compartir cómo te sientes y, si es necesario, pedir ayuda. «La vida tiene más sentido cuando te das cuenta que a quien realmente necesitas es a ti.»

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