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Pautas para practicar la escucha empática

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Escucha empática

Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 29/7/2024. Puedes ver el original en este enlace.

Escuchar, a diferencia de oír (percibir sonidos), es prestar atención a lo que se oye. Pero ¿realmente sabemos escuchar? En las relaciones interpersonales, escucharnos es un elemento indispensable para procesar de manera empática lo que se nos está explicando para ser capaces de entender bien, asimilar la información que estamos recibiendo y poder responder de una manera adecuada. Saber escuchar, además de permitirnos comprender, nos permite también transmitir al otro, de forma verbal o no verbal, que nos importa y que tenemos interés por lo que está diciendo y siente, que le damos significado.

Es lo que llamamos escucha empática. Se trata de una habilidad de comunicación que nos permite entender lo que está diciendo y sintiendo la otra persona. Puede parecer fácil, pero no siempre se consigue. Es una habilidad, sin embargo, que se puede entrenar de manera consciente y que resulta clave en muchos ámbitos de la vida en los que las relaciones entre personas son relevantes. Para ello, te damos unas pautas básicas a tener en cuenta cuando estés escuchando a otra persona. 

Pautas de la comunicación no verbal en la escucha empática

  • Mantén el contacto visual con la otra persona.
  • Orienta el cuerpo hacia la persona con la que estás hablando.
  • Evita cruzar los brazos o inquietarte.
  • Mantén una expresión facial relajada
  • Puedes asentir, si es que estás comprendiendo lo que te explica.  

Pautas de la comunicación verbal en la escucha empática

  • Puedes emitir sonidos o palabras de conformidad: «Aha», «Ya veo», «Entiendo», «Lo debes haber pasado mal».
  • Resume o parafrasea lo que has escuchado con tus propias palabras para asegurarte que lo has entendido correctamente. Por ejemplo: «Entonces, lo que entiendo que me estás diciendo es…».
  • Concéntrate en lo que te está diciendo la otra persona para entenderla mejor.
  • Pregúntale si puedes ayudarle. Por ejemplo: «¿Te puedo ayudar en algo?», «¿Qué puedo hacer para ayudarte?».
  • Utiliza preguntas abiertas para obtener más información o poder reflexionar: «Explícame más sobre este tema»; «¿Cómo te sentiste?»; «¿Qué sucedió luego?»; «¿Cómo te sentiste después de esto?»
  • No interrumpas.
  • No juzgues y respeta.

 

¿Qué comportamientos pueden ser barreras para la escucha empática?

  • Interrumpir.
  • Prejuzgar a la persona y sus comportamientos.
  • Las distracciones del entorno. Deja el teléfono móvil a un lado.
  • Esperar que la otra persona tenga las mismas creencias y valores personales.
  • Dejarse llevar por las emociones. Si estás enojado o triste o no te apetece tener una conversación, quizás es mejor buscar otro momento para mantenerla y puedes comunicarlo.
  • Invalidar las emociones de la otra persona.
  • Dar consejos sin haber comprendido previamente qué necesidades tiene la persona.

¿Qué comportamientos pueden ser facilitadores para la escucha activa?

  • Mantener un estado de presencia y enfoque en lo que te está explicando y sintiendo la otra persona.
  • Aclarar tus dudas para evitar un malentendido.
  • Ponernos en el lugar de la otra persona y alejarnos de nuestra perspectiva personal, para lograr empatizar con ella y comprenderla.
  • Intentar entender lo que piensa la otra persona, pero sobre todo lo que siente. Para intentar entender, nos ira bien hacer preguntas.
  • Saber si hay problemas o necesidades que podamos atender: «¿qué necesitas?, «¿qué puedo hacer por ti?».
  • Reconfortar a la otra persona. Según la situación, poder comunicarle que puede contar contigo, que estás allí por si necesita algo.

Equipo Henka Centros Educativos