La insatisfacción corporal y las dietas sin control aumentan entre los adolescentes
Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 9/12/2021. Puedes ver el original en este enlace.
Actualmente, es conocido por todos que la salud mental de las personas en general, y de la población más joven en concreto, se ha visto y se sigue viendo claramente perjudicada con la pandemia. Han aumentado los síntomas depresivos y ansiosos, las autolesiones, la conducta suicida y, de forma muy notable, los trastornos de la conducta alimentaria.
A pesar de que no tenemos datos epidemiológicos actualizados que nos permitan conocer exactamente de qué incremento de casos de TCA estamos hablando, sí que tenemos algunos datos que nos facilitan pistas suficientemente importantes para tenerlos en cuenta. Es el caso de los resultados obtenidos en la encuesta que la Associació Contra l'Anorèxia i la Bulimia hizo durante el curso escolar 2020-2021 a 5.135 adolescentes de secundaria y que hemos podido comparar con los datos del curso escolar 2019-2020, antes de que estallase la pandemia.
Según esta encuesta, actualmente un 41 % de las chicas ha hecho una dieta para bajar de peso sin control profesional, un 7 % más que antes de la pandemia, y un 47 % de las chicas expresa no sentirse satisfecha con su cuerpo porque quiere adelgazar, un 15 % más que antes de la pandemia. En el caso de los chicos también hay un aumento, ya que un 21 % expresa su deseo de adelgazar, un 6 % más que antes de la pandemia. Si tenemos en cuenta los datos de las personas no binarias, a pesar de que se trate de una muestra muy pequeña (59 personas) y no tenemos datos del curso 2019-2020 para comparar, tiene que alertarnos que el 57 % quiere adelgazar y el 54 % ha hecho alguna dieta para intentar bajar de peso sin control médico.
Sabiendo que la franja de edad adolescente, la insatisfacción corporal y los cambios en el hábito alimentario para bajar de peso son factores de riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria, es necesario que nos preguntemos con qué armas contamos para luchar de forma efectiva contra estas patologías, responsables de un elevado sufrimiento tanto en la persona afectada como en su núcleo familiar. Y a pesar de que, afortunadamente, contamos con distintas armas efectivas, hay una que es especialmente importante utilizar: la detección y la intervención precoz. Cuanto antes identifiquemos las señales de alerta de un posible TCA, cuanto antes hagamos una valoración diagnóstica para confirmarlo y cuanto antes comencemos un tratamiento especializado llevado a cabo por un equipo multidisciplinar, más garantías tenemos de superar el TCA con éxito. Y con éxito significa que habremos conseguido prevenir años de sufrimiento emocional intenso, un proyecto vital detenido y condicionado por el trastorno, consecuencias físicas como, por ejemplo, posibles dificultades relacionadas con la fertilidad, y una tortura alrededor de un hábito tan ordinario como el acto de alimentarse. Por eso es fundamental conocer las principales señales de alerta de un posible TCA y qué hacer ante la sospecha de un caso.
Por este motivo, la ACAB reivindica un Plan de Prevención de TCA en Cataluña, que pone énfasis en la capacidad para detectar y tratar lo más rápido posible los casos de TCA que, a pesar de que se pueden desarrollar en cualquier edad, lo más habitual es que empiece durante la adolescencia.