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Educar a los niños y niñas en el bienestar emocional

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Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 30/9/2020. Puedes ver el original en este enlace.

El bienestar emocional es un concepto amplio, que tiene que ver con la experiencia subjetiva de sentirse bien, en armonía y con tranquilidad.

Educar a los niños y niñas en este campo no es tarea fácil y en este sentido tenemos que trabajar de la mano familias y comunidades educativas. Como ya dijo Aristóteles «Educar la mente sin educar el corazón no es educar, en absoluto».

La clave está en conseguir niños y niñas emocionalmente inteligentes.

Propuestas que ayudan al bienestar emocional

  • Realizar alguna práctica deportiva con regularidad. El ejercicio físico aporta grandes beneficios y ofrece la posibilidad de adquirir valores, habilidades y capacidades personales que mejoran la competencia social y al mismo tiempo  favorecen el bienestar emocional.
  • Compartir buenos momentos en familia como excursiones, paseos, cine, comidas, lectura, juegos. Establecer vínculos positivos con los niños y niñas ayuda a crear lazos afectivos. Sentirse bien en su entorno más cercano favorece el bienestar personal.
  • Fortalecer la empatía. Este rasgo/ habilidad es un elemento fundamental para la resolución de conflictos, la comprensión y la vinculación con los demás. La empatía es un elemento esencial en la creación de vínculos positivos.
  • Dar muestras de cariño: besos, abrazos, gestos de aprobación, de apoyo. Sentir el cariño de los otros refuerza el bienestar emocional.
  • Hablar de sentimientos. Ayudar a los niños y niñas a poner palabras a aquello que les está pasando. Enseñarles a entender sus emociones y a gestionarlas.
  • Establecer límites. Los limites dan seguridad y ayudan, aceptar un «no» y comprenderlo es signo de consciencia emocional.
  • Generar confianza. Crear ambientes cómodos, cercanos y generar confianza a los niños y niñas facilita la verbalización de sentimientos,  favorece la explicación de problemas, de preocupaciones o de dudas.
  • Enseñarles a ser positivos. Es importante saber buscar alternativas, no caer en el pesimismo y tener recursos.
  • Adquirir la capacidad de ser resilientes para recuperarse ante situaciones adversas o traumáticas como una enfermedad o la muerte de un ser querido.
  • Preparar a los niños y niñas para el camino de la vida. Autonomía, autoconocimiento, confianza son características que facilitan la autonomía emocional.

Consejos básicos para acompañar a los niños y niñas

  • Ayudarles a identificar las propias emociones. Para ello podemos ayudar a los niños y niñas haciéndoles preguntas: «¿Cómo te sientes?» «¿Por qué te sientes así?». De esta manera expresan lo que sienten y reconocen esas emociones. No debemos minimizar sus preocupaciones. Aunque sus inquietudes nos parezcan banales. Debemos reforzar los mensajes que les ayuden a procesar esos sentimientos. Por ejemplo, con expresiones como «ya veo que estás triste, enfadado, rabioso ¿Cómo puedo ayudarte?».
  • Ayudarles a verbalizar esos sentimientos, de alegría, tristeza, rabia…. Los niños pueden expresar sus emociones por varios canales: el dibujo, la música, la escritura, el baile son formas diversas de manifestar como se sienten. Todo ello ayuda a la comprensión de la situación y mejora la conciencia emocional.
  • Ayudarles a gestionar las emociones. Poder explicar cómo se sienten, conectar con ellos mismos es imprescindible para saber identificar la causa de esta emoción. Todas las emociones son legítimas y debemos aceptarlas. Hay que trabajar, así mismo, los actos que puedan derivan de dichas emociones. Por ejemplo: «Podemos entender que estés enfadado, pero no puedes pegar a un amigo/a porque te ha cogido un juguete».

Sara Mora Carbonell