Cómo nos afecta la presión de las redes sociales al bienestar emocional
Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 19/12/2023. Puedes ver el original en este enlace.
Cada día, los jóvenes españoles dedican de media 5 horas a las redes sociales. Las plataformas digitales como TikTok, Instagram, YouTube o Twitch son el principal lugar donde nos comunicamos con los amigos y compañeros y buscamos entretenimiento.
En las redes, muchos creadores de contenido e influencers tienen grandes comunidades de seguidores donde muestran un estilo de vida idílico, con momentos de ocio y felicidad constantes, sin responsabilidades. ¿Cómo crees que es la vida de estos influencers? ¿Cómo te hace sentir su contenido?
Pasar muchas horas conectados afecta no solo a cómo gestionamos nuestro tiempo libre, sino que podemos acabar comparándonos constantemente con los demás, de forma que acabe influyendo en la manera como nos percibimos a nosotros mismos, y esto también nos puede generar ansiedad.
Pasar muchas horas conectados hace que acabemos comparándonos constantemente con los demás.
Autoimagen y autoestima
En las redes, muchos influencers y perfiles promueven una importancia excesiva al cuerpo y a la belleza física. Por este motivo, podemos notar la presión estética para tener una apariencia física concreta. Todo lo que nos llega de los demás, por ejemplo, lo que vemos a través de redes sociales, nos ayuda a construir nuestra propia imagen, llamada autopercepción o autoimagen. A medida que vamos creciendo se forma la imagen de nosotros mismos, influenciada por la interacción con nuestro entorno. Si eres adolescente, todavía estás construyendo tu autopercepción, que irá cambiando constantemente.
Cuando nuestra autopercepción es negativa pueden aparecer inseguridades y que estemos insatisfechos con nuestra propia imagen. Esta insatisfacción, junto con la comparación con los demás, puede desencadenar en una baja autoestima. La autoestima es la valoración, la percepción o el juicio positivo o negativo que una persona hace de sí misma. Puede aumentar o disminuir a partir de la experiencia que tenemos en las situaciones familiares, escolares, sociales, laborales, en función del momento que vivimos y por nuestra manera de ser, más o menos autocrítica o perfeccionista.
La percepción que tenemos sobre nosotros mismos influye a la hora de relacionarnos con los demás, de expresarnos o de tomar decisiones. Las personas con una baja autoestima acostumbran a sentir que no valen, es decir, tienen sentimientos de menos valía o inferioridad, y esto afecta en la manera como afrontan los retos de la vida y como se relacionan con los demás. Hay momentos durante los cuales es normal que tengas una autoestima «menos positiva» porque quizás han aumentado las exigencias y las expectativas y también eres más autocrítico. Además, la autoestima es importante a la hora de construir nuestra identidad.
La percepción que tenemos sobre nosotros mismos influye a la hora de relacionarnos con los demás, de expresarnos o de tomar decisiones.
Cómo combatir la presión de las redes
- Aprende a ser crítico con el contenido y los influencers. Las redes no son un reflejo de la vida real. A menudo proyectan una imagen que no se corresponde con la realidad, puesto que la mayoría de las fotografías y vídeos suelen estar retocados con filtros o programas. Lo que los influencers muestran en sus perfiles no es más que una parte de su día a día. Escogen qué quieren mostrar y qué momentos de su vida esconden. A menudo las redes nos crean expectativas sobre cómo realmente querríamos ser o vivir, pero es poco realista llevarlo a la práctica.
- El número de likes no da la felicidad. El número de likes que recibas no tiene que ver con el valor que tienes como persona, ni tener muchos seguidores significa tener muchos amigos y relaciones saludables. A veces, podemos sentir que necesitamos que nuestro entorno nos refuerce nuestras ideas y acciones. Si eres capaz de identificar tus puntos fuertes y débiles, necesitarás menos la aprobación de los demás.
- Mejora tu autoestima. ¿Juzgas igual tus aspectos positivos y los negativos? Y los de los otros, ¿les das la misma importancia o solo te fijas en las cosas buenas? Intenta valorarte de forma compasiva focalizando la atención en los aspectos positivos de lo que te gusta de ti mismo. No te obsesiones con aquello que no te gusta y evita hacer comparaciones injustas con los demás.
- Mímate y cuídate. Dedica tiempo a disfrutar de actividades que sean placientes y te hagan sentir bien, sin un objetivo productivo o de rendimiento. Por ejemplo, leer, bailar, escuchar música, salir con los amigos, hacerte una sesión de belleza o una partida de tu deporte preferido. Revisar como están estos aspectos de tu vida diaria te ayudará a tener una vida más saludable: ¿Duermes bien? ¿Haces suficiente actividad física? ¿Llevas una alimentación saludable? ¿Las relaciones con amigos y compañeros de clase te hacen sentir bien?
- Tu imagen en redes es una faceta más de tu vida. Tu imagen no define tu identidad, es solo una parte que quieres mostrar a los demás. Las modas estéticas van cambiando, pero tu esencia e identidad será las mismas. Intenta mantener lo que es tuyo, que te gusta y te hace sentir bien.
- Rodéate de personas que te hagan sentir bien. Rodéate de gente que te acepte y te valore tal y como eres y no por el número de seguidores que tienes o por tu apariencia.
- Identifica tus emociones y comunica cómo te sientes y qué necesitas. Expresa tus emociones y deseos de una manera clara, directa y respetuosa. Te ayudará a entenderte mejor con los demás y a que se comuniquen de la manera que deseas que ellos se comuniquen contigo.
- Limita el tiempo que pasas en las redes. Cuando las redes sociales nos hacen sentir mal es una buena idea desconectar durante un periodo de tiempo. Algunos ejercicios que puedes llevar a la práctica para mejorar tu bienestar digital son: probar de estar un día sin móvil, desinstalar las redes sociales durante una semana, revisar el rato que has dedicado al móvil durante una semana o pactar momentos del día sin móvil, especialmente antes de irte a dormir o cuando te acabas de despertar. Una vez los hayas hecho, prueba a ver cómo te sientes y si ha cambiado tu estado de ánimo.