7 consejos para gestionar la ansiedad
Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 11/10/2023. Puedes ver el original en este enlace.
La ansiedad es una reacción humana natural que afecta a la mente y al cuerpo. Es un sistema de alarma que se activa cuando una persona percibe un peligro o una amenaza. Algunos de los síntomas más comunes de la ansiedad son: malestar emocional, sensación de ahogo, pensamientos rumiativos, dificultad a la hora de dormir y molestias físicas. Es importante entender qué es la ansiedad para reconocerla y poder gestionarla.
Ignorar o no tratar la ansiedad puede tener consecuencias negativas a largo plazo.
La ansiedad no gestionada puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos de salud mental más graves, como la depresión. Además, puede impactar en la autoestima y la confianza en uno mismo, limitando las oportunidades y experiencias de vida. Las relaciones interpersonales también pueden verse afectadas, ya que la ansiedad puede dificultar la comunicación efectiva y la conexión emocional con los demás.
La calidad de vida también disminuye cuando la ansiedad no se aborda. Las actividades que antes eran disfrutadas pueden perder su atractivo, y la sensación constante de preocupación puede erosionar el sentido de alegría y satisfacción. Es evidente que tratar la ansiedad de manera adecuada es esencial para preservar el bienestar y la salud mental a largo plazo.
A menudo confundimos la ansiedad con el miedo, pero realmente son diferentes. El miedo es una respuesta básica, automática, a un objeto, situación o circunstancia específica que implica el reconocimiento de un peligro real. Ambas emociones, son necesarias para garantizar nuestra supervivencia, pero, resultan problemáticas cuando se convierten en reacciones excesivas, persistentes e irreales a situaciones normales.
Lo que algunas personas creen que es la ansiedad:
- Impaciencia.
- Preocuparse mucho.
- Sentirse nervioso.
- Tener un mal día.
Lo que realmente es la ansiedad:
- Pensamientos no deseados involuntarios.
- Problemas de concentración.
- Sentimiento de culpa.
- Agotamiento físico y mental.
- Pensamientos derrotistas.
- Evitación de situaciones por miedo.
- Irritabilidad.
- Problemas para dormir.
- Síntomas físicos: palpitaciones, sudoración, náuseas, dolor de pecho, contracciones musculares involuntarias…
Por lo tanto, podemos definir en líneas generales la ansiedad como una emoción que responde a una situación estresante. No es algo fácil de controlar ni de gestionar.
Algunas pautas que os pueden ayudar a reducir la ansiedad:
- Respira profundamente. Toma aire por la nariz mientras cuentas hasta tres y suéltalo por la boca lentamente.
- Practica técnicas de relajación o meditación. Éstas implican centrar la atención en algo que te calme y aumente la conciencia de tu cuerpo. No importa que técnica elijas, lo que realmente es importante es que trates de practicarla regularmente para lograr sus beneficios.
- Háblalo. Compartir tus preocupaciones con otras personas te ayudará a ponerle nombre y a recibir la ayuda adecuada.
- Piensa en presente. Intenta no focalizarte en situaciones que aún no se han producido. Esto solo hace que la ansiedad aumente.
- Organízate. Tener un horario y una rutina establecida ayuda a disminuir la ansiedad. Una buena estrategia es hacer un calendario.
- Actívate. Ir a dar un paseo o realizar alguna actividad física ayuda a controlar la ansiedad.
- Anótalo en un papel. Escribir cómo te sientes y qué haces en ese momento te ayudara a identificarlo mejor. Con este análisis serás capaz de tener una visión más completa de lo que te va bien para poder aplicarlo cuando sea necesario.
Si tu ansiedad es demasiado intensa o te resulta difícil poder gestionarla, pide ayuda a personas de confianza o a profesionales de la salud. Recuerda que, con el apoyo adecuado, puedes aprender estrategias para manejar la ansiedad.