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¿Por qué los adolescentes toman decisiones arriesgadas?

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Adolescents i risc

Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 18/8/2023. Puedes ver el original en este enlace.

Los adolescentes pueden llegar a tomar decisiones arriesgadas y esto es un motivo frecuente de preocupación para las familias. Para saber por qué los adolescentes toman decisiones de diferente manera de los adultos, hay que entender los cambios que se producen en esta etapa evolutiva a nivel biológico, psicológico y social.  

Investigaciones realizadas a lo largo de los años han mostrado como el cerebro de los adolescentes no razona ni toma decisiones del mismo modo que el cerebro del adulto. Esta forma diferente de tomar decisiones se explica, en gran parte, porque el cerebro del adolescente está en construcción. Los cambios cerebrales se inician en las partes posteriores – zonas límbicas— y avanzan hacia las zonas anteriores –zonas prefrontales.

Estas últimas son las encargadas de la toma de decisiones razonada, de la planificación, del control de los impulsos y de regular las emociones, y su ritmo madurativo es más tardío – puede llegar a su maduración máxima entre los 22 y los 25 años. Es el desarrollo de las regiones frontales el que permite que podamos integrar de forma adecuada el cerebro más «racional» con el más «emocional». Cuando esto sucede, nos lleva a tomar decisiones en que integramos aquello que emocionalmente es importante para nosotros con lo que más nos conviene a nivel racional.  

Búsqueda de novedades 

La adolescencia también se caracteriza por ser una etapa de gran exploración donde hay una gran tendencia a buscar novedades. A esto se le añade que el adolescente busca recompensa y gratificación inmediata e incrementa su intensidad emocional. Todas estas características se deben al conjunto de cambios que se producen a nivel hormonal, los diferentes ritmos madurativos de las diferentes zonas cerebrales y los neurotransmisores. Por ejemplo, se da un incremento de la dopamina a los circuitos cerebrales relacionados con la recompensa. Este incremento de la dopamina incita a buscar nuevas experiencias y explica la necesidad de los adolescentes de explorar con mayor impulsividad y exponerse a los riesgos. 

 
Cuando los adultos intentamos que los y las adolescentes no se sientan atraídos por determinadas conductas, intentamos prohibir determinadas maneras de pensar o bien pretendemos que resuelvan las situaciones como lo haría una persona adulta es como si estuviéramos intentando nadar a contracorriente. 

Si entramos en lucha contra algunas características de pensamiento, emoción  y comportamiento de los y de las adolescentes, no funcionará. Es mejor intentar validar y reconocer sus necesidades y acompañar, con el objetivo de ir canalizándolos y dotándolos de habilidades que incrementen el autocontrol, la regulación emocional y las estrategias de resolución de conflictos. 

Pautas para acompañar y ayudarlos a crecer 

Algunas claves para poder acompañar a los y las adolescentes con el objetivo de estimular su maduración en positivo y ayudarlos en el crecimiento personal son: 

  • Enseñar a identificar situaciones de riesgo y acompañarlos para que experimenten la novedad de una manera saludable sin que se expongan a conductas de riesgo dañinas.
  • Mostrar interés sincero por sus aficiones, actividades, motivaciones y preocupaciones.
  • Ayudarlos a identificar sus propias emociones y las de los otros. Reconocer y legitimar sus emociones. 
  • Acompañar en la toma de decisiones y a la vez respetar las decisiones que tomen, a pesar de que en ocasiones podamos pensar que son equivocadas.
  • Respetar sus opiniones, aun pudiendo no estar de acuerdo. 

Es de vital importancia que los adultos de referencia aprovechen esta ventana de oportunidades que brinda la adolescencia para guiar al adolescente en esta transición y dotarlos de herramientas para gestionar mejor la vida adulta.

Dra. Alazne Aizpitarte Gorrotxategi