«No sabía cómo trabajar la ansiedad y me sentía hundida»

Salma define su adolescencia como una montaña rusa de emociones que no siempre fue fácil de gestionar. Una infancia marcada por la inestabilidad familiar puede afectar al bienestar emocional de la persona y provocar, como en el caso de Salma, episodios de estrés y ansiedad. Explica que se dejaba llevar por emociones como el miedo y la rabia. «Creía que hiriéndome conseguiría liberarme de la angustia que cargaba.»

Ella es una de las protagonistas de la campaña de videos testimoniales de la comunidad de jóvenes BeHenka, que forma parte del proyecto Henka, impulsado por el Hospital maternoinfantil Sant Joan de Déu Barcelona, Solidaritat Sant Joan de Déu, SOM Salud Mental 360° y Z Zurich Foundation. Los jóvenes que protagonizan la campaña explican diferentes vivencias con la resiliencia y el bienestar emocional y hablan de situaciones que los han generado malestar como por ejemplo la presión social en las redes sociales, las pérdidas o las situaciones familiar complejas.

En 4º de la ESO Salma tuvo que aprender a superar nuevos obstáculos y gestionar el malestar emocional que la acompañó durante su adolescencia. Por suerte, la protagonista de esta historia encontró en el instituto a un tutor sensible, atento y disponible y esta figura se convirtió, sin saberlo, en un gran apoyo emocional para ella. «Me ayudó bastante saber que no estaba sola en esta lucha.» Ahora, Salma dispone de mejores herramientas para gestionar la ansiedad como son hablar, hacer actividades que la hacen sentir cómoda o, simplemente, no hacer nada y escuchar su cuerpo.

El caso de Salma es un ejemplo de la importancia de la detección de problemas emocionales y del rol positivo que podemos tener los referentes juveniles como la familia o el profesorado como agentes de prevención y de cuidado.

Los referentes juveniles, como el profesorado, son claves por la buena salud emocional de las personas, especialmente de las más jóvenes, que se encuentran en un momento de muchos cambios, retos y oportunidades, pero también de mucha vulnerabilidad. Los referentes juveniles, como el profesorado, son claves para la buena salud emocional de las personas, especialmente de las más jóvenes que se encuentran en un momento de muchos cambios, retos y oportunidades, pero también de mucha vulnerabilidad.

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