Los efectos de la pornografía en el desarrollo afectivo y sexual de los adolescentes
Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 2/1/2024. Puedes ver el original en este enlace.
Cerca del 50% de las personas adolescentes y jóvenes españolas entre 16 y 29 años declaran que no han recibido educación sexual de calidad, ni por parte de sus familias ni en su centro escolar. Una falta de información y orientación que, en cierta medida, suplen con la pornografía, que consideran un recurso útil para su educación sexual al cual pueden acceder fácilmente y de manera gratuita en un mundo digital . Pero ¿cómo puede impactar el consumo de pornografía, cada vez en edades más tempranas, en la manera de relacionarse y en sus conductas sexuales?
Esta es una de las cuestiones que analiza el estudio Juventud y pornografía en la era digital. Consumo, percepción y efectos, que ha llevado a cabo el Centro Reina Sofía de Fad Juventud, financiado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, que tiene como objetivo observar las prácticas, la percepción y las actitudes de la población adolescente y joven en España con relación a la pornografía, y profundizar en el significado y el impacto que tiene en sus vidas como agente de socialización y de educación afectivo-sexual.
El 30 % de los jóvenes cree que hay relación entre el consumo de pornografía y presionar a otras personas para tener sexo o realizar determinas prácticas sexuales.
En este sentido, según Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud, «el peligro es que su sexualidad, que se forma a edades tempranas, asuma como normales comportamientos agresivos, violentos, de riesgo o degradantes. Si no empezamos a incorporar de forma más decidida la educación afectivo- sexual en la familia y en el currículo escolar, les estamos dejando a merced del porno».
La relación entre pornografía y violencia
Según datos del estudio, la mitad de jóvenes cree que ve demasiada pornografía y reconoce que ha intentado reducir el consumo sin éxito, y hasta un 40% afirma que ver porno afecta negativamente a ámbitos importantes de sus vidas o que han dejado de hacer cosas que les interesan.
También cabe destacar la visión de los jóvenes sobre la relación entre pornografía y violencia. Sobre esta cuestión, no solo reconocen consumir contenidos pornográficos violentos, sino que son conscientes de que esta violencia afecta especialmente a las mujeres, pues la pornografía reproduce la violencia estructural, social y sexual hacia las mujeres. En este sentido, las chicas jóvenes son especialmente críticas y están más sensibilizadas frente a esta situación.
Además, uno de cada tres jóvenes cree que la pornografía puede fomentar un menor uso del preservativo y generar fantasías sexuales en las que se ejerce o se recibe violencia. Y el 30 % de los jóvenes cree que hay relación entre el consumo de pornografía y presionar a otras personas para tener sexo o realizar determinas prácticas sexuales, y que existe un efecto explícito del porno en la reproducción de la violencia.
La tecnología ha facilitado que la pornografía sea más accesible, anónima e interactiva y que se haya convertido en una fuente de educación sexual para los adolescentes.
Estos datos indican que el consumo de pornografía afecta al desarrollo sexual adolescente e impacta en su forma de entender la sexualidad. La tecnología ha facilitado que la pornografía sea más accesible, anónima e interactiva y que se haya convertido en una fuente de educación sexual para los adolescentes, que afecta a su forma de relacionarse y puede derivar en conductas de riesgo o nocivas. Por todo ello, Martín Padura considera que «es fundamental que acompañemos a los adolescentes en el desarrollo de su sexualidad de forma clara y que puedan contar con referentes como fuente de información veraz y confiable».
Para para prevenir el consumo de pornografía entre las personas menores de edad y tratar de alertar a padres y madres sobre las consecuencias que puede tener en sus hijos e hijas, Fad Juventud ha lanzado la campaña «Por no, porno. Educa a tus hijos antes de que el porno lo haga por ti».