Pasar al contenido principal

El bienestar emocional de los profesionales educativos y la organización del trabajo

4 min

Compartir

Benestar emocional professionals educatius i organització del treball

Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 16/11/2023. Puedes ver el original en este enlace.

Los profesionales educativos se sienten infravalorados, tienen unas altas exigencias psicológicas y están expuestos a unos entornos laborales difíciles con un aumento de la incidencia de la violencia a las aulas. Son algunas de las conclusiones del informe del Barómetro Internacional de la Salud y del Bienestar del Personal de la Educación (Y-BEST 2023) publicado por la asociación Red Educación y Solidaridad y la Fundación de Empresa para la Salud Pública. Este estudio se ha realizado en diferentes países que, a pesar de tener una estructura social muy diversa, comparten resultados y ponen de manifiesto la preocupación hacia la salud y el bienestar emocional de estas figuras que son corresponsables, en gran parte, de educar a los adultos del mañana.

Para entender el malestar de los profesionales de la educación nos hemos de fijar en los cambios sociales y poner el foco en la organización del trabajo. Ante los cambios de la sociedad, tenemos que cuestionarnos cómo reorganizamos el trabajo. A causa de los cambios sociales de los últimos años, la realidad en las aulas ha cambiado mucho y a un ritmo muy frenético. La revolución tecnológica, por ejemplo, llegó para cambiarlo todo y, con el paso del tiempo, estamos viendo los pros y los contras de su uso en las aulas. Después llegó la pandemia y se volvieron a producir grandes cambios sacudiendo las formas de relación y de aprendizaje de toda la comunidad educativa. Además, la elevada incidencia de diferentes formas de malestar emocional y problemas de salud mental de los adolescentes en la actualidad también son un reto para toda la comunidad, e impactan directamente los profesionales educativos.

Todos estos acontecimientos han alterado las organizaciones y los centros educativos y, desde la perspectiva de la salud laboral, nos tenemos que cuestionar qué implicación tienen en la salud de los docentes y de los diferentes profesionales educativos, puesto que con estas transformaciones sociales pueden incrementarse los problemas de salud asociados al trabajo.  

En primer lugar, tenemos que poner foco en la organización del trabajo: nuevas realidades generan nuevas necesidades que requieren nuevas formas de organización y planificación. En prevención de riesgos laborales, se definen los factores psicosociales como aquellos factores de riesgo para la salud que se originan en la organización del trabajo y que generan respuestas de tipo fisiológico (reacciones neuroendocrinas), emocional (sentimientos de ansiedad, depresión, apatía, etc.), cognitivo (concentración, creatividad, toma de decisiones, etc.) y conductual (abuso de sustancias, asunción de riesgos innecesarios, etc.) que son conocidas popularmente como estrés y que pueden ser precursoras de enfermedad en ciertas circunstancias de intensidad, frecuencia y duración. Según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la herramienta de la que disponemos para mesurar la exposición al riesgo psicosocial, el riesgo que no se ve pero que está y nos puede hacer enfermar, es la evaluación de riesgos psicosociales.

Los factores psicosociales son aquellos factores de riesgo para la salud que se originan en la organización del trabajo y que generan respuestas de tipo fisiológico, emocional, cognitivo y conductual que pueden ser precursoras de enfermedad en ciertas circunstancias de intensidad, frecuencia y duración.  

15 dimensiones de los riesgos psicosociales

Para evaluar la exposición a los riesgos psicosociales y mejorar las condiciones de trabajo, disponemos de un instrumento validado, fiable y adaptado a la realidad de nuestro país, el Método para la evaluación y la prevención de los riesgos psicosociales CoPsoQ PSQCAT (versión 2), de gran prestigio internacional. Según esta metodología, los riesgos psicosociales pueden tener hasta 15 dimensiones diferentes:

  1. Exigencias psicológicas cuantitativas: son las derivadas de la cantidad de trabajo. 
  2. Ritmo de trabajo: se refiere a la intensidad del trabajo (relación cantidad de trabajo-tiempo para llevarlo a cabo).
  3. Exigencias psicológicas emocionales: derivadas de las emociones y el trabajo con personas.
  1. Doble presencia: exigencias síncronas entre el ámbito laboral y doméstico-familiar.  
  2. Influencia: margen de autonomía en el día a día del trabajo en general.  
  3. Posibilidades de desarrollo: oportunidades que ofrece la realización de las tareas para poner en práctica las competencias y adquirir nuevas.
  4. Sentido del trabajo: sentido relacionado con la utilidad, la importancia social y el aprendizaje que damos al trabajo.
  5. Calidad de liderazgo: características de la gestión de equipos de los mandos.
  6. Previsibilidad: disponer de toda la información adecuada para poder realizar bien las tareas.  
  7. Claridad de rol: es el conocimiento concreto de las tareas a realizar.
  8. Conflicto de rol: exigencias contradictorias que se presentan en el trabajo.  
  9. Inseguridad sobre la ocupación: preocupación de perder el trabajo y por el futuro.
  10. Inseguridad sobre las condiciones de trabajo: preocupación para que cambien las condiciones de trabajo (jornada, horario, sueldo, etc.).
  11. Confianza vertical: seguridad que se tiene que actuar de manera competente. 
  12. Justicia: tiene que ver con las prácticas de gestión laboral y el nivel de participación. 

Con la realización de la evaluación de los riesgos psicosociales en el centro educativo, podremos detectar a qué factores están expuestos sus profesionales y, mediante la creación de un grupo de trabajo, decidir qué medidas preventivas podemos aplicar para que disminuya el riesgo de enfermar (de sufrir estrés, enfermedades cardiovasculares, ansiedad, contracturas, entre otros).  

En el caso de los docentes, como con el resto de profesiones donde hay trabajo directo con personas, hay ciertas exposiciones que no podemos evitar, es decir, que forman parte de la naturaleza de la tarea, como es el caso de las exigencias emocionales. Cuando la tarea implica la relación con chicos y chicas adolescentes y las particularidades de esta etapa, esta dimensión emocional es clave.  

En estos casos, el desarrollo de habilidades y estrategias para hacer frente y una organización del trabajo saludable serán claves para un buen desarrollo de las tareas. 

Ariadna Galtés Camps