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Acompañar los cambios de la adolescencia

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Acompanyar els canvis de l'adolescència

Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 2/11/2023. Puedes ver el original en este enlace.

Para poder acompañar mejor los hijos e hijas o el alumnado en la adolescencia, es importante entender todos los cambios que se producen durante esta etapa vital.

La adolescencia es la etapa que abraza de los 12 a los 20-25 años donde suceden un conjunto de cambios biopsicosociales para preparar los adolescentes para la etapa adulta.

¿Los adolescentes tienen las hormonas disparadas?

Siempre se ha dicho que los adolescentes tienen las hormonas disparadas, y esto es porque hay una hiperactivación hormonal que promueve el desarrollo físico más significativo de la adolescencia, conocido como pubertad. La pubertad tiene lugar entre los 10 y 14 años, y normalmente se inicia antes en las chicas que en los chicos. Además, esta hiperactivación hormonal no solo produce una maduración a nivel físico sino también respecto a la estructura cerebral.

La hiperactivación hormonal promueve la maduración física de la adolescencia, la pubertad.

Cambios corporales

La pubertad se produce gracias a las hormonas, y es por eso que durante la adolescencia hay una activación más grande de las glándulas hormonales, ya que permiten el crecimiento y la diferenciación sexual en la adolescencia.

Durante este periodo, los chicos y las chicas experimentan unos cambios físicos que tienen impacto también a escala emocional. 

  • Chicos: Crecimiento de testículos, aparición del vello púbico y en las axilas, cambio de voz debido al alargamiento de la laringe. 
  • Chicas: Desarrollo del pecho, aparición del vello púbico, la menarquia (primera menstruación), crecimiento de las caderas. 

Por este motivo, es importante preguntarse cómo creemos que los adolescentes viven todos estos cambios y cómo pueden impactar en su desarrollo.

Cambios cerebrales

Investigaciones hechas a lo largo de los años han demostrado como el cerebro de los adolescentes no razona ni toma decisiones del mismo modo que el cerebro de los adultos. Un gran número de estudios ha evidenciado que durante la adolescencia se produce una especialización y poda neuronal que permiten la maduración cerebral. Vendría a ser cómo si durante la adolescencia esculpiéramos el cerebro, se le da forma.

Estos cambios cerebrales se inician en las partes posteriores y avanzan, a medida que crecemos, hacia las zonas frontales, que son las encargadas de la toma de decisiones, de la inhibición de nuestro comportamiento y de la regulación emocional, entre otros. Por lo tanto, durante la adolescencia, nuestra mente cambia en la manera de pensar, de recordar, de relacionarse y de centrar la atención. Los adolescentes toman decisiones diferentes de las de los adultos porque su cerebro es diferente.  

La maduración del cerebro también está modulada por la hiperactivación hormonal. Desde el punto de vista de los cambios biológicos, del neurodesarrollo, es hacia los 25 años cuando se consigue la maduración cerebral, tanto desde el punto de vista de la estructura como del funcionamiento. Este proceso de maduración implica diferentes cambios a nivel cerebral.  
 
Los cambios cerebrales de la adolescencia, a grandes rasgos, se manifiestan de diferentes maneras: 

  • Tiene lugar un proceso llamado poda neuronal en el cual se destruyen conexiones que el cerebro considera que no son necesarias. 
  • Se produce una reestructuración que supone una organización neuronal. 
  • Se desarrollan nuevas conexiones entre neuronas.

Los adolescentes toman decisiones diferentes de las de los adultos porque su cerebro es diferente.

Todos estos cambios cerebrales implican una serie de características que se evidencian durante la adolescencia.

Cambios socioemocionales

En la esfera socioemocional se han establecido diferentes subetapas dentro de la adolescencia y diferentes hitos evolutivos, que serán retos que el adolescente tiene que ir superando.

  • Desarrollo de la identidad: Todo adolescente necesita dar la respuesta a la pregunta «¿quién soy yo?». Los adolescentes necesitan desarrollar sus propios valores, opiniones e intereses, y no solo limitarse a repetir los de sus padres y madres. A menudo tienen dificultades para comprender que otras personas pueden tener perspectivas, opiniones o experiencias diferentes a las suyas. Esto puede llevarlos a creer que su punto de vista es el único válido y a tener dificultades para tener en cuenta las perspectivas de los otros. Elkind (Elkind, 1967) (Schwartz et al., 2008) hablaba del egocentrismo adolescente como una forma de «cognición social encara poco desarrollada». El egocentrismo adolescente es parte normal del proceso de desarrollo y a menudo disminuye a medida que los adolescentes adquieren más experiencia social y cognitiva. Los adultos en la vida de los adolescentes pueden ayudar a superarlo fomentando la empatía, la comunicación abierta y la comprensión y el debate de diferentes perspectivas.
  • Independencia-autonomía: Como parte del proceso de la construcción de su identidad, los adolescentes pasan de ser dependientes de los padres a ser interdependientes. La construcción de la identidad implica encaminarse hacia una independencia de las figuras de apoyo que los han acompañado durante toda la niñez, sus padres y madres. Los padres y madres pueden ayudar a sus hijos adolescentes apoyándolos cuando lo necesitan, pero necesitarán un poco de paciencia y comprensión cuando empiezan a ver a su hijo adolescente apoyarse más en sus amigos y menos en ellos.
  • Integración en el grupo de iguales: Los grupos de iguales se convierten en el grupo de mayor influencia y fuente de apoyo a lo largo de la adolescencia. En esta búsqueda de la propia identidad, el adolescente busca amistades basadas principalmente en la lealtad, la intimidad, la confianza y la ayuda mutua.
  • Preocupación por la imagen. Al inicio de la adolescencia, es natural que se sientan inseguros con los cambios corporales y que este tema ocupe un lugar importante dentro de sus preocupaciones y que condicione sus estados emocionales y relaciones sociales. Es por eso que los adolescentes son mucho más vulnerables a la insatisfacción corporal, que está muy influenciada por los cánones de belleza actuales de la sociedad que los toca vivir, siendo además una generación que se expone y compara en el mundo digital.

Cómo acompañar los adolescentes en la aceptación de estos cambios 

Por lo tanto, la adolescencia no es una fase por la cual hay que pasar igual que se pasa una gripe, sino que es una etapa de especialización y de crecimiento en la cual los niños y las niñas crecen, cambian y adquieren herramientas y habilidades para transitar hacia la adultez. Por eso es de vital importancia que los adultos de referencia para los adolescentes los guiemos en esta transición para dotarlos de herramientas para afrontar la etapa adulta.

  • Informar adecuadamente sobre los cambios que irán sucediendo.
  • Recibir apoyo social, tanto de los adultos como por parte de los iguales.
  • Legitimar la experiencia emocional que experimentan debido a los cambios físicos y facilitar estrategias para hacer frente a los cambios.
  • Fomentar la capacidad de enfrentarse a los cambios y las situaciones difíciles del día a día.

Equipo Henka Centros Educativos