La importancia de promover la resiliencia en el alumnado adolescente
Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 14/10/2022. Puedes ver el original en este enlace.
El bienestar emocional y la resiliencia son conceptos íntimamente ligados. Cuanto más resilientes somos, tenemos una menor probabilidad de desarrollar problemas de salud mental y una mayor probabilidad de tener un estado de bienestar psicológico.
Pero ¿qué es la resiliencia? Es la capacidad de afrontar y adaptarse a las nuevas situaciones. Las personas resilientes se adaptan al cambio. Tienen la capacidad de afrontar las dificultades, las frustraciones y el estrés que son parte de nuestra vida cotidiana. También se suele definir como la capacidad de recuperación después de un suceso traumático, o bien, estresante. Es por ello, que la capacidad resiliente, es considerada por muchos expertos como un antídoto contra la epidemia de la salud mental y el camino hacia el bienestar psicológico.
¿Por qué es clave fomentar la resiliencia en el inicio de la adolescencia?
A día de hoy, se sabe que no todos los y las adolescentes que experimentan situaciones o eventos adversos desarrollan problemas de salud mental. Para valorar por qué algunos sí y otros no, la clave parece estar en la resiliencia.
La entrada a la adolescencia es una etapa evolutiva clave para aumentar nuestros esfuerzos en la promoción de la resiliencia en este grupo de población. Esto se debe a varias razones:
- La adolescencia es una etapa evolutiva en que se producen constantes cambios donde el adolescente se tendrá que enfrentar a múltiples retos y desafíos. Por ejemplo, se trata de un campo de entrenamiento de las relaciones afectivo-sexuales, donde aplicar estas habilidades será clave.
- La adolescencia es una ventana muy sensible al cambio por la gran neuroplasticidad que la caracteriza.
- Según la Organización Mundial de la Salud (2019), la mitad de los problemas de salud mental se inician antes de los 14 años.
En resumen, la adolescencia es un periodo evolutivo lleno de nuevos retos y desafíos que requiere de constantes adaptaciones. Es una etapa de gran vulnerabilidad, a la vez que una ventana muy sensible al cambio, porque les brinda grandes oportunidades de aprendizaje. Es por ello, que el entrenamiento en las habilidades que fomentan la resiliencia cobra gran relevancia, ya que pueden ser la clave para enfrentar su día a día sin que llegue a salpicar su salud mental. Todo ello, hace que la adolescencia temprana sea uno de los momentos cruciales para llevar a cabo iniciativas de prevención universal (dirigida a todos los y las adolescentes de población general).
¿Qué habilidades podemos trabajar para fomentar la resiliencia en los adolescentes?
Las habilidades que componen el aprendizaje emocional serán algunos de los componentes clave a trabajar. Hay algunas habilidades en concreto que en los estudios se señalan como claves a la hora de fomentar la resiliencia:
- La autorregulación emocional.
- La capacidad de autoconciencia (insight).
- La conciencia social (se relaciona con la capacidad de ponerse en el lugar de otros y entender sus emociones y pensamientos).
- Las habilidades para las relaciones (establecer y mantener relaciones, escucha activa, ofrecer y pedir ayuda, etc.).
- La capacidad de tomar decisiones responsables.
Les será también de gran ayuda, en esta sociedad tan hiperestimulada, adquirir la capacidad de conectar con el momento presente y conectar con las emociones sin juzgarlas, es decir, adquirir la práctica del mindfulness. Se trataría de entrenarlos a mantener el foco en el presente, simplemente observando la experiencia, describiéndola con palabras y dejándose llevar por ella. Esto ayudaría, a su vez, a evitar la impulsividad a la hora de actuar o tomar decisiones.
Otra cuestión a trabajar sería la autoeficacia. La autoeficacia es la percepción que tenemos de uno mismo sobre nuestra capacidad de lograr las cosas que deseamos. Cuando trabajamos la autoeficacia, el adolescente se percibe más capaz de lograr sus metas. Para poder lograr los objetivos de vida tendrán que llevar a cabo acciones, y para ello, será clave sentir que pueden lograr eso que desean. Cuando no se sienten capaces de lograr sus objetivos, ellos mismos se crean sus propias limitaciones y tiran la toalla antes de intentarlo siquiera. Por ello, es importante, generar en el adolescente la creencia de: «soy capaz de lograrlo, voy a intentarlo, ¿por qué no?».
El enseñarles estrategias de afrontamiento eficaces para enfrentarse a las múltiples situaciones que les tocará hacer frente también será clave para los y las adolescentes, teniendo en cuenta, además, que el adolescente se enfrenta a constantes retos y novedades. El poder desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces, les ayudará a reducir el estrés que generan las nuevas situaciones o incluso las situaciones que aun no siendo nuevas también les generan estrés. Dentro de estas estrategias, se encuentran las habilidades comunicativas, la asertividad y la resolución de problemas, entre otros.
¿Qué pueden hacer los profesionales del ámbito educativo para promover la resiliencia en sus centros?
Los centros educativos pueden realizar una gran labor de promoción del bienestar psicológico en su alumnado.
Es más, se trata de contextos privilegiados porque son espacios que ofrecen la oportunidad de implementar programas de prevención universales (es decir, dirigidos a todo alumnado y no únicamente a los que muestran dificultades) para la promoción del bienestar psicológico del adolescente dotándoles de habilidades para fomentar su capacidad resiliente. El aula puede convertirse en el lugar idóneo para practicar todas estas habilidades anteriormente mencionadas.
Desde los centros educativos, además de implementar programas de prevención universales que promuevan la resiliencia, se podrían llevar a cabo diversas acciones que promuevan la resiliencia y, en consecuencia, promuevan el bienestar psicológico. Acciones tales como:
- Proporcionar directrices de relaciones sanas.
- Modelar y reforzar comportamientos y actitudes adecuados.
- Proporcionar oportunidades para establecer objetivos de vida.
- Crear espacios de debate y reflexión sobre temas importantes de la adolescencia.
- Construir relaciones positivas, tanto entre el alumnado como entre los profesionales adultos y los adolescentes.
- Concienciar sobre la salud mental y reducir su estigma.
- Fomentar la sensación de pertenencia de los adolescentes a la comunidad educativa.
- Promover la participación activa del adolescente en las actividades que fomenten una cultura escolar resiliente.
Detectando los signos del alumnado resiliente
Todas las acciones que acabamos de mencionar aumentan la probabilidad de que los y las adolescentes del centro educativo sean más resilientes, lo que los llevará a sentir un mayor estado de bienestar. Es esta sensación, la que les permite acercarse a otras personas y situaciones con confianza, motivación y optimismo.
Estos son algunos de los signos que nos ayudarán a detectar sí nuestro alumnado es resiliente:
- Se animan a abordar nuevas situaciones sin llegar a evitarlas.
- Son capaces de establecer objetivos realistas de vida (corto, medio y largo plazo).
- Se acercan a nuevas personas y establecen nuevas relaciones.
- Mantienen sus amistades y las cuidan.
- Exponen sus opiniones abiertamente, no rechazando a aquellas personas que pueden opinar diferente.
- Son respetuosos con las diferencias entre las personas, tratando estas diferencias como algo natural.
- Expresan las emociones sin juzgarlas y animan a sus compañeros y compañeras a que hagan lo mismo.
- Son capaces de identificar sus fortalezas y querer trabajar en mejorar sus debilidades.
- Tienen un discurso positivo sobre ellos mismos.
- No se culpabilizan a ellos mismo o a los demás, sino que se responsabilizan de su parte.
- Ofrecen, aceptan y piden ayuda.