Habilidades socioemocionales que promueven la resiliencia
Este contenido se publicó originalmente en SOM Salut Mental 360º el día 13/10/2023. Puedes ver el original en este enlace.
Actualmente, sigue creciendo la preocupación por la salud mental y los problemas que impactan el bienestar emocional de la población adolescente y joven. Según cifras del Barómetro Juvenil sobre Salud y Bienestar (2023), más de la mitad de los jóvenes españoles (59%) considera que ha sufrido un problema de salud mental en el último año. Cuando se les pregunta por la presencia de malestar emocional, esta cifra alcanza más del 70%, siendo los más frecuentes la tristeza, sentirse decaído, la apatía, los problemas de concentración o la somnolencia continua.
Muchas iniciativas internacionales que tienen por objetivo promover la salud mental en población adolescente y joven se basan en el concepto de resiliencia como eje vertebrador. Este concepto hace referencia a la capacidad de hacer frente a los acontecimientos estresantes y difíciles del día a día, así como a la capacidad de una persona para adaptarse a situaciones difíciles, de persistir ante la adversidad o de recuperarse después de un acontecimiento traumático o adverso.
Cuando hablamos de salud mental, es importante diferenciar entre los problemas de salud mental, y el malestar emocional que impacta a los adolescentes. Por un lado, encontramos los problemas o trastornos mentales, como los trastornos de depresión, los trastornos de ansiedad, o los trastornos de la conducta alimentaria. Por otro lado, encontramos el malestar psicológico, que no hace referencia a trastornos mentales, aunque sí tiene un impacto negativo sobre la salud mental y el bienestar emocional de los adolescentes. Para reducir el malestar emocional en esta población, no se requiere la atención sanitaria especializada, sino que tenemos que poner el foco en la prevención desde el contexto próximo del adolescente, por lo que la familia y los centros educativos, y el contexto sociocomunitario cogen un papel muy relevante. Para ello, entrenar la población adolescente en las habilidades que promueven la resiliencia es una estrategia clave de futuro que se relaciona con una menor vulnerabilidad psicológica, y con una actitud y gestión más saludable ante los retos y desafíos de la vida, cosa que ayudará en gran medida a una mayor tolerancia ante el malestar emocional.
Entrenar la población adolescente en habilidades que promueven la resiliencia ayudará en gran medida a una mayor tolerancia ante el malestar emocional.
Entrenar habilitats para la resiliencia
La resiliencia engloba toda una serie de herramientas personales –habilidades o capacidades socioemocionales y cognitivas— que se pueden entrenar. Según el proyecto europeo UPRIGHT que se ha implementado globalmente en los centros educativos para mejorar la salud mental de la población adolescente en diferentes países, para promover la resiliencia en la adolescencia hay que tener en cuenta cuatro componentes:
- El aprendizaje socioemocional.
- La capacidad de atención plena o mindfulness.
- La sensación de ser capaz o autoeficacia.
- Las estrategias de afrontamiento.
El aprendizaje socioemocional
Dentro de las habilidades de aprendizaje socioemocional destacan:
- La capacidad de autoconciencia. Ayudarles a reconocerse como individuos con estados de ánimo, pensamientos y reacciones propias puede ayudar a desarrollar esta capacidad, a estar más en contacto con sus estados internos en el presente y a una sensación de mayor autoeficacia y de motivación de logro para conseguir metas propias.
- La autorregulación emocional. Los centros educativos y las familias pueden ayudarles a desarrollar estrategias para identificar y regular las emociones. Esto implica etiquetarlas para luego tener respuestas emocionales adaptativas para su manejo. También es importante crear entornos donde las emociones se reconozcan, se validen y se permita su expresión.
- La conciencia social. Desarrollar la empatía, es decir, la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus emociones y pensamientos, es una forma de desarrollar más capacidad resiliente sin tener que experimentar situaciones estresantes de primera mano, a través de las experiencias de los otros.
- Las habilidades para las relaciones interpersonales. Promover que establezcan y mantengan relaciones sanas y de apoyo con sus iguales está completamente vinculado a ser más resiliente. Esto implica colaborar con los otros por el bien común, ser capaces de resolver conflictos interpersonales de manera constructiva y ofrecer, pedir o recibir ayuda cuando sea necesario. Se trata de ayudarles a tener relaciones de confianza que les generen una percepción de apoyo y validación por parte del entorno.
- La capacidad de tomar decisiones responsables. Otra manera de ser más resilientes es fomentar la capacidad de valorar los diferentes escenarios a los que nos enfrentamos en el día a día, y entrenarles en la toma de decisiones responsable.
Atención plena
Está demostrado que hay beneficios al cultivar la atención plena en el momento presente. La práctica de la atención plena o mindfulness, que proviene de corrientes orientales, ha demostrado evidencia desde hace más de 30 años en la reducción del estrés y otros problemas físicos y psicológicos. Esta práctica puede ayudar mucho a la población adolescente, puesto que permite conectar con el momento presente y sentir las emociones sin juzgarlas. Esto puede ayudar a reducir la impulsividad a la hora de actuar o tomar decisiones, y a conectar con nuestros estados internos.
Sensación de ser capaz
La sensación de autoeficacia, es decir, de aumentar la percepción de sentirte capaz de lograr los objetivos que te planteas, es otra de las claves para promover la resiliencia. Es clave que los adolescentes puedan sentir que puedan llevar a cabo las acciones necesarias que los llevaran a conseguir sus metas de vida. Cuando un adolescente no se percibe capaz de conseguir aquello que desea, se crea sus propias limitaciones que hacen que ni siquiera lo intente, por creer que no será capaz de conseguirlo.
Cuando un adolescente no se percibe capaz de conseguir aquello que desea, se crea sus propias limitaciones que hacen que ni siquiera lo intente, por creer que no será capaz de conseguirlo.
Estrategias de afrontamiento
Poder desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces es clave para los adolescentes, ya que es un período de grandes retos y experiencias nuevas. Algunas de estas estrategias son, por ejemplo, estrategias de comunicación asertivas. El entrenar la comunicación asertiva les ayudará a reducir el estrés que generan estas situaciones nuevas o difíciles.
Es importante destacar que los centros educativos y las familias juegan un papel crucial en la promoción del bienestar emocional en la adolescencia. Los espacios educativos ofrecen la oportunidad de implementar programas de prevención universales que también impliquen a las familias para la promoción del bienestar psicológico. Por este motivo, es clave dotar el profesorado de los conocimientos y asesoramiento necesario sobre como promover las habilidades que fomenten la resiliencia al aula.
En cuanto al papel de la familia en la promoción del bienestar, cuando los adolescentes sienten su familia como apoyo o refugio, el contexto familiar se percibe como un espacio seguro. Esta sensación de seguridad emocional y relacional es clave para desarrollar la resiliencia individual que bebe de una parentalidad resiliente. Por ello, es clave dotar las familias de orientación de expertos para que adquieran herramientas sobre como fomentar la resiliencia en los hijos o hijas adolescentes.